Trastornos de alimentación
Cuando la comida se convierte en prisión
Los problemas mentales son a menudo de difícil comprensión por su sorprendente y a veces grotesca naturaleza o expresión. Los trastornos de alimentación son sin duda un claro ejemplo. Es difícil comprender, por ejemplo, que una chica joven y sana pueda dejar de comer hasta la muerte o comer y vomitar en una continúa dinámica circular.
Si bien en las últimas décadas, este tipo de patologías han ido en auge, en los últimos años, la cultura de la belleza encorsetada y la facilitación de esta imagen a través de cada vez más omnipresentes medios de comunicación, ha hecho que pase de ser un trastorno descrito en siglos anteriores como poco frecuentes, a un auténtico problema epidémico en la actualidad.
Todos necesitamos la comida para vivir, sin embargo, para algunas personas, lo que es el sustento primario por excelencia, pasa a ser, cuando se convierte en el vehículo para calmar frustraciones, en una auténtica prisión en que la comida pasa a ser literalmente el filtro a través se vive la realidad.
Algunas de las características o síntomas que muestran estos trastornos son:
-
Excesiva preocupación por la imagen corporal y la comida.
-
Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso.
-
Humor cambiante, con irritabilidad, mal humor o síntomas de depresión o ansiedad.
-
Tendencia a pensar de una manera recurrente en dietas, calorías, peso…
-
Problemática con ciclo menstrual.
-
Rechazo intenso a mantener un peso corporal igual o por encima a lo considerado normal por edad y talla.
-
Excesiva preocupación por quemar calorías o compensarlas de alguna manera.
-
Aislamiento social o empeoramiento de relaciones.
Si te sientes reflejado/da en algunos de estos aspectos, no dudes en consultar. Este tipo de problemática, si bien es compleja, cuenta con tratamientos eficaces que podrán ayudarte a superarla.