Terapia de pareja
¿Porqué las parejas tienen que ser como los erizos?
"No amas a alguien por su apariencia, por su ropa, o su bonito coche, sino por que canta una canción que sólo tú escuchas"
Oscar Wilde
El antropólogo Gregory Batenson describe que, en la naturaleza, una pareja de animales, como los erizos, al alojarse en una cueva, tienen que buscar una adaptación recíproca para evitar pincharse. El macho espera a que su pareja se instale para colocarse en consecuencia. La hembra se reinstala mejor con relación a la posición del compañero, ya sí sucesivamente. Al final, los dos llegan a poder estar juntos, calentarse mutuamente, y dormir.
De igual manera, las parejas recorren una serie de movimientos y “fases” para adaptarse a las situaciones que se les van sucediendo en el ciclo natural de la vida. Para seguir siendo una pareja, se requiere este re-ajustamiento constante en el recorrido de las costumbres que se van gestando en la intimidad, y los acontecimientos a los cuales van haciendo frente. Una pareja son uno y uno, y visto desde otra perspectiva, dos que hacen una unidad. Eso significa que, al igual que los erizos, ellos también tienen que acoplar “sus pinchos”, es decir, sus peculiaridades, sus características, sus, anhelos, sus necesidades, y sobretodo, sus diferencias. Por su puesto, ello este ajustamiento no estará exento de conflictos.
Muy a diferencia de lo que opinan algunas de las parejas que vienen a terapia, los conflictos no son negativos. Los conflictos evidencian que somos personas individuales, con nuestra propia identidad, con opiniones, necesidades, e inquietudes propias aunque nos unan proyectos, valores o ilusiones como pareja y pueden facilitar, de hecho el cambio que necesitamos para reajustarnos todavía más en nuestra cueva de erizos.
Cuando vamos a tener un problema es cuando no sabemos cómo gestionar el conflicto que origina nuestras diferencias, cuando el conflicto se enquista en dinámicas que lo convierten en algo peligroso, algo que puede corroer una relación que se originó en el amor y el compromiso en una fuente de hostilidad, recelo y opresión. Una adaptación más gestionada nos conduce aquí a una crisis que puede separarnos.
Si como pareja estáis en ese punto en el que el conflicto no es el motor de cambio si no el atasco sobre el cual vuestra relación ha empezado a deteriorarse, quizás ha llegado el momento de pedir asesoramiento.